La corte de Felipe VI by Daniel Forcada & Alberto Lardiés

autor:Daniel Forcada & Alberto Lardiés
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Memorias, Ensayo
publicado: 2015-05-07T22:00:00+00:00

7. RETRATO DE UNA FAMILIA DE CERA

«Me veo fenómeno, pero ahora estoy mejor, más descansado. Estamos tal como éramos hace veinte años».

Después de dos décadas de pinceladas y retoques, de empezarlo y abandonarlo, el cuadro que más expectación ha generado a lo largo de los últimos años está ya listo para ser expuesto al gran público. El manchego Antonio López, hiperrealista y extremadamente minucioso, plasma su firma sobre la tela el 5 de noviembre de 2014, tras haber empleado cuatro lustros en dar el visto bueno a la magna obra. «¿Quién ha pintado una familia real? Es como escribir Guerra y paz», razonaba para justificar el amplísimo tiempo empleado.

Por el camino, el cuadro ha experimentado importantes cambios. No contento con el resultado de la primera sesión en Zarzuela, ha hecho repetir las sesiones de fotos ante la cámara de Chema Conesa en diferentes poses y con diversos vestuarios. Ha redibujado hasta tres cabezas distintas de algunos de los personajes y se ha entretenido en captar la luz natural que se filtraba por uno de los ventanales del Palacio Real hasta incidir sobre el lienzo a las 13.48 horas de una mañana de septiembre. Tal era su nivel de detallismo. Mientras tanto, en este camino en busca de la excelencia, el artista ha tardado exactamente la mitad del reinado de Juan Carlos en inmortalizar sobre 10 metros cuadrados a una familia que, en ese mismo tiempo, se ha hecho jirones. Ha ido experimentando su propio deterioro hasta desestructurarse. Como sucede en tantas otras familias que parecen perfectas de cara al exterior mientras se van marchitando de puertas para adentro.

Detengámonos un momento en esta imagen congelada. Las intensísimas miradas de los personajes se clavan directamente en nuestra retina. Cristina, que no estuvo en las sesiones de fotos originales, acudiría después, sola, al taller del artista para retratarse. Aparece ligeramente separada de su hermana Elena —cuya mirada es una de las más penetrantes del conjunto— y del resto de la familia. Lejanía que, con los años, se iría fraguando en un muro de hormigón armado entre ella y su hermano, que ocupa el extremo contrario del cuadro. En algunos bocetos llegó a estar a su lado y era ella la que le flanqueaba y cerraba la composición por la derecha, pero, al igual que en la vida oficial, en algún momento fue desplazada por el artista de Tomelloso. López le daría también muchas vueltas hasta encontrar el punto de equilibrio de Felipe con respecto a la reina Sofía, «entre su independencia como hijo menor de los reyes y joven heredero de la corona, y la sintonía afectiva entre madre e hijo».64

64 Análisis del cuadro hecho por José Luis Díez, de Patrimonio Nacional.

Juan Carlos, captado en su momento de mayor esplendor y con el porte regio que tenía en sus años de plenitud, antes de sus sucesivas operaciones y recaídas, descansa su mano derecha sobre Elena, la hija que más se le parece, tanto en aspecto como en carácter, mientras esconde la otra mano tras la espalda de la reina.

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